¿Cuántas veces no hemos dicho esto o algo semejante? Demasiados cristianos pasan su vida viviendo en el pasado, angustiados por lo que debían haber hecho en varias situaciones. ‘Si tan solo’ no hubiera tomado algunas decisiones imprudentes en tiempos pasados. ‘Si tan solo’ no hubiera comprado tal cosa. ‘Si tan solo’ hubiera expresado mis verdaderos sentimientos al jefe. ‘Si tan solo’ no hubiera ignorado aquel desvío. ‘Si tan solo’ hubiera notado la señal de límite de velocidad. ‘Si tan solo’ no hubiera dicho esas palabras rencorosas. ‘Si tan solo’ no hubiera tomado el primer trago de alcohol. ‘Si tan solo’ no hubiera fumado el primer cigarrillo.
Hablando personalmente, hace poco pasamos por una propiedad que una vez habíamos intentado comprar en un juicio hipotecario. Al darnos cuenta de que se vendía ya no había tiempo suficiente para arreglar un préstamo. Pudiéramos haber dicho ‘si tan solo’ nos hubiéramos dado cuenta más temprano. ‘Si tan solo’ hubiéramos arreglado el préstamo a tiempo. A los pocos años se vendió otra vez por un precio mucho más alto que lo original. ¡‘Si tan solo’ hubiera sido nuestra cuando queríamos mudarnos, al venderla habríamos tenido más fondos para empezar de nuevo en otro lugar! No importa cuántas veces que digamos ‘si tan solo’, no cambia nada en el pasado.
Deleitarse en los remordimientos llega a ser un gran desánimo tanto espiritual como emocional. Para salir de ese mar de remordimientos, elimine esas palabras ‘si tan solo’ de su vocabulario. Es más fácil decirlo que hacerlo, pero con la ayuda de Dios, sí se puede. En vez de decir ‘si tan solo’ dígase ‘la próxima vez’. ‘La próxima vez’ voy a orar de la situación primero, y no comprar algo tan de repente. ‘La próxima vez’ prestaré atención al límite de velocidad. ‘La próxima vez’ que siento llamado por Dios, responderé. ‘La próxima vez’ no me arriesgaré a atascarme en el lodo. Se podría dar muchos ejemplos.
Practique esto hasta que llega a ser una costumbre. Cuando se encuentra repasando errores pasados otra vez, dígale sencillamente al Señor, ‘La próxima vez’ voy a orar del asunto primero. Verá que esto resuelve el asunto, libertándole a dedicar su tiempo y pensamientos a lo presente y lo futuro en vez de lo pasado.
Otra manera de decir ‘si tan solo’ es pensar obsesivamente en lo que podría haber sido, si hubiéramos hecho las cosas de otra manera. Aprenda de sus errores en vez de revolcarse en ellos. Con la ayuda del Señor diga, ‘La próxima vez’ será diferente.
Si nos encontramos en una situación difícil económicamente, muchas veces repetimos ‘si tan solo’. La salida del problema económico no es castigarse a sí mismo por los errores que hemos cometido. Mejor, con la dirección de algunos hermanos, pregúntese ¿cuál es mi situación hoy y cuáles son los pasos para salir de esta situación? No diga ‘si tan solo’ hubiera… Mejor pregunte, ¿qué puedo hacer para salir de esto? Es asombroso cuán rápido se puede salir de un aprieto económico si oramos y seguimos los consejos dados. No diga, ‘si tan solo’ hubiera tomado los pasos necesarios más pronto.
Que no tengamos que clamar estas palabras tristes al ser rechazados en la puerta del cielo. “¡Si tan solo, si tan solo, si tan solo!”. Dios nos ha provisto un camino para que el alma evite el infierno. No hay camino provisto para salir del infierno.
De Messenger of Truth, 2011, No. 16